CREADOS PARA HACER LA DIFERENCIA.

Es un gran gozo y una bendición de Dios, darle un hijo o hija a un matrimonio. Es un milagro observar como se inicia una vida. Como padres responsables nos preocupa pensar que le depará el destino a una nueva criatura cuando arriva a un mundo lleno del bién y el mal.
Subitamente los nuevos padres comprendemos que además de ese gran regozijo hemos recibido una gran responsabilidad de criár, formar y cuidar a un nuevo hijo o hija hasta que alcancen su mayoría de edad y pueden continuar su vida por si solos.

Desde un principio los padres debemos inculcar en el niño que tenga su propia identidad y que séa independiente para prepararlos a sobrevivir una vida dificil y dura.

No debemos confundir nuestro verdadero amor con alcahuetearlos, abrumándolos con una vida facil e irresponsable, llenándolos de cosas materiales y cediendo a sus caprichos y berrinches o resolviendo todos sus problemas, para evitar que crescan creyendo que todo lo que necesitan hacer es exigir cosas y que es la obligación de los padres darles todo lo que quieren.
Si cedemos a sus caprichos los hijos crecerán egoístas, inútiles, aprovechadores y exigentes.
Desde un principio los hijos deben aprender lo que es un comportamiento correcto y que está bién y que está mal, es decir debemos corregirlos. Si como padres no lo hacemos, les estamos causando daño.

"Instruye al niño en su camino y aún cuando llegue a viejo no se apartará de el."

Proverbios 22:6

Continuará.