Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo y su corazón se aparta de Jehová.....Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová.......Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocera? Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras.Jeremías 17:5,7,10.
Durante muchos años el hombre ha mostrado su rebelión y su rechazo a Dios en el gobierno de las naciones, creyéndose superior a El. En muchos países hasta han tenido la osadía de legislar en sus Constituciones rechazando a Dios, el Creador del Universo y del hombre, ingerencia en el gobierno civil.
Las consecuencias de este esteril intento tarde o temprano siempre resultan en fracazo, destrucción y muerte. Lo mas lamentable es que durante el último siglo han sido naciones originalmente cristianas las que han asumido esta equivocada posición y ante ese escenario la iglesia cristiana en lugar de repudiar ese pecado ha permanecido tolerante, indiferente, irrelevante, temerosa y aún en ciertos casos ha sido complice.
El hombre en su voracidad por el poder, ha probado casi todo, yendo y viniendo de un extremo al otro sin percatarse, en su torpeza, que nunca ha logrado ni logrará solucionar sus problemas permanentemente, así la derecha, la izquierda, el capitalismo, el comunismo o socialismo, todas en manos del hombre pecador, nunca podrán terminar con la miseria, la explotación, la injusticia, la inseguridad y el pecado.
Ya es tiempo de que el hombre comprenda que el único y verdadero cambio y la trasformación de la miseria en prosperidad y bienestar, vendrá cuando nos arrepintamos de nuestros pecados e iniciemos una nueva jornada haciendo la voluntad de Dios y no la nuestra. Que en voz alta y arrodillados oremos diciendo:
Padre nuestro que estas en el Cielo, santificado séa tu nombre, Que venga tu Reino y que se haga tu voluntad en la tierra como se hace en el Cielo. Danos hoy el pan suficiente para este día. Perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos han hecho mal. No nos pongas a prueba, sino líbranos del mal. AMEN. Lucas 11:2-4
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